Somos la destilería operativa más antigua y a la vez la más moderna de América. Desarrollamos los más altos estándares de calidad en cada etapa de nuestra producción y cumplimos con las normativas de protección al medio ambiente con un enfoque de sostenibilidad.

Nuestros productos tienen gran presencia a nivel internacional y son exportados a más de 23 países en el mundo siendo reconocidos y premiados, año tras año, por su excelente calidad.

El 14 de octubre de 1684 el hacendado Juan Facundo Revata vende sus viñedos a Roque Caravedo y, tras ello, la propiedad sería nombrada como hasta el día de hoy se le conoce: Hacienda La Caravedo, en honor a su nuevo propietario. Con la nueva administración la hacienda renovaría toda su maquinaria para la elaboración de destilado de uva y alcanzaría su máximo potencial en la época.

A lo largo de sus más de 300 años de producción ininterrumpida de uvas finas en sus tierras, la propiedad de la hacienda fue cambiando por diversos motivos. En el siglo XXI pasaría a ser propiedad de la familia Peschiera y, luego, del empresario estadounidense William Kallop, junto a la representación de Johnny Schuler, principal experto en pisco del Perú.

Estamos orgullosos de elaborar excelentes piscos, respetando la tierra y nuestras tradiciones. Utilizamos las mejores uvas de nuestros viñedos para producir pisco con tecnología avanzada y amigable al medio ambiente, aplicando técnicas tradicionales que rinden homenaje a nuestros antiguos procesos.

Nuestras antiguas falcas de cobre permiten destilar el mosto recién fermentado, llamado vino, siguiendo las prácticas tradicionales de los antiguos maestros destiladores. Mediante un proceso de ebullición donde el líquido se convierte en vapor, y luego se condensa, se produce la destilación a grado de nuestro pisco, sin añadidos externos como el agua, para luego pasar a nuestros tanques de reposo donde potenciará sus características antes de ser embotellado.

En nuestra destilería moderna se encuentran nuestros alambiques de cobre de fabricación francesa y alemana. En ellos se calienta el llamado vino o jugo de uva recién fermentada hasta llegar a un punto de ebullición donde el líquido se convierte en vapor. Luego, dicho vapor se enfría al pasar por unas tuberías con temperatura más bajas y, tras un proceso de condensación se convierte en líquido dando paso a nuestra bebida bandera ¡el pisco!